domingo, 15 de junio de 2014

Un viernes 13

Toda la vida pensé que eso del viernes 13 era una simple mariquera de la gente que cree en supersticiones estúpidas, que el señor Jason amenazaba a jóvenes estudiantes estadounidenses y toda la paja de Hollywood alrededor de eso.
Este viernes fue distinto. Este viernes desperté con la noticia más arrecha que he recibido en toda mi vida. Mi abuelo, mi padre, mi pana, mi todo, se había ido.
No supe qué decir desde el momento en que mi madre, entre gritos nerviosos me dio la noticia. Un vacío espectral me perforó las ganas de hablar, llorar, gritar, y toda reacción que había premeditado para ese día. Nada volverá a ser lo mismo desde el momento en que vi su cuerpo descansando.
¿Qué se sentirá irse? ¿Qué habrá pasado por la mente de mi figura paterna en el momento de su último respiro?
Mi abuelo, Iti,como le decía, me enseñó que la vida es un proceso en el que poco a poco vamos deshojando la flor de la vida y que hasta el último suspiro hay que luchar por ella. Por eso no perdono a cualquier idiota que se atreva a suicidarse por una condición económica y mucho menos sentimental.
Mi viejo, ¡Tantos recuerdos con él!, los regaños, las risas, las birras y las celebraciones junto con aquellos supuestos amigos que hasta el momento ni siquiera se han dignado a aparecer, también me preparó para este momento... "Es allí, en el lecho de muerte, donde puedes estar rodeado de mil personas y sentirte solo, o acompañado de una sola y morir feliz"... Y así fue. Isidro Forero, ilustre hombre integral, capacitado para hacer cualquier tipo de tarea manual, quien me enseñó el para qué y cómo funcionan las herramientas, las mujeres y la vida, se fue. Acompañado de su gran amor, mi abuela.
Agradecido estoy con la gente que tuvo la decencia de acercarse y darme su apoyo, gente que hoy en día no me hubiesen hablado en otras circunstancias, dejaron a un lado las diferencias que nos separaron y se dignaron a darme un apoyo, por otro lado, gente que siempre estuvo ahí para cuando necesitaban algo de mi abuelo, ahora dan la espalda de la manera más vil e imperdonable posible.
La mayor enseñanza de mi maestro fue "Perdona, pero jamás olvides, ama con todo tu ser, pero prepara el corazón para las decepciones,porque de perdones y decepciones es que está hecha la sociedad, y el amor es solo la herramienta o la excusa para hacer cualquiera de las dos cosas".

Mi abuelo amaba una palabra, una palabra que el relacionaba con su apellido, pero que con gran amor me dijo hace muchos años, "Forever"... Así fue su amor para mí, y así será para mí, para siempre...


...Y quisiera un minuto en que no te eche de menos...