Es tu esperar en la puerta a diario, tu saludo moviendo la cola preguntando cómo me fue en el cole, acto seguido una posición de ataque para que jugara contigo hasta que te fastidiaras y me dejaras.
Es tu dormitar mientras leía un libro, tú a mis pies, esperando que me moviera o te acariciara un poco, pero no mucho.
Es tu complicidad para conmigo a la hora de comer cosas que no me gustaban y a ti sí, tus ojos grandes y llenos de mensajes que decían "anda, dame un poquito de eso" convencerían a cualquiera.
Son tus saltos cada vez que me veías tomar Coca Cola y disfrutabas cuando te daba. Qué bella y graciosa te veías evitando el burbujear del gas.
Lo que más extraño de ti es la compañía a la hora de dormir, a la hora de quedarme solo en casa.
Te amo, y siempre te amaré.
Jeff.
No hay comentarios:
Publicar un comentario