sábado, 26 de noviembre de 2011

De las obras de teatro, el socialismo, y el capitalismo popular

El querido mes de noviembre, donde todo el mundo se vuelve loco yendo al Tijerazo y caminando todo el centro para buscar qué está de moda para montar el arbolito, nos dio a los que no tenemos esas necesidades consumistas varios asuntos de los cuales hablaré a continuación.

  • El primero, el debate de los queridos y/o/u odiados aspirantes a las primarias celebradas en el febrero próximo (dato curioso, y que de seguro usarán para llamarnos, es el día de la juventud, so... activos con eso broders).
  • El segundo, el festival de Teatro en Caracas, y con esto me adentraré para hablar del arte de las tablas en nuestro querido país.
Empezando por el comienzo, el tan esperado debate fue un fiasco total desde mi punto de vista. Empezando por la organización, en la cual, el estudiante era vital protagonista de semejante montaje, (sin que montaje sea entendido como farsa o algo así, fue un montaje, fue un show, un faranduleo como dicen por ahí) incluso llevándose a cabo en la UCAB, pero con el pequeño detalle de que el Aula magna no estaba llena de estudiantes, sino de puros cabezas plateadas (viejos adecos y copeyanos). ¿Y los estudiantes? viendo Globovisión en otras aulas a través de Youtube, o globovisión.com, no sé como fue al final. Un proceso para entrar a la dichosa sala, donde la organización fue desastrosa, pero valió la pena para ver el espectáculo (sin ánimos de sonar sangriento, ni llamando a la violencia, esperaba algún tipo de "atentado" y así poder decir cuando viejo "yo estuve ahí mismito cuando casi matan a Tal canditado").
Vale, vale, tanta espera, tanto ajetreo y todo eso...¿Para qué?
  • Para ver a Diego Arria sudar odio hacia el actual presidente. En lo personal era la primera vez que veía a este ser, con una cara demacrada por tantas operaciones "oligarcas" que lo hacen ver más decrépito de lo que ya es, sin responder concretamente ninguna de las preguntas en total concreto. 
  • Para ver a un Henrique Capriles con un discurso que me sonó a aquél que escuché en Plaza Caracas a mediados del 98 con un Hugo Chávez prometiendo el Edén a un montón de personas que veían en él cambios para bien, no para lo que tenemos hoy en día.. No me pareció del todo mal, pero dar tanta lástima por estar preso, mandarle saludos hasta a la señora de limpieza, fue más de lo mismo, rellena vacíos de preguntas que no sabe cómo contestar de forma concreta.
  • Para ver a un Leopoldo López con un discurso en extremo preparado, (por cierto niñas de la Católica, gemir por el pana no es lo que se dice, ehm... oligarca) con exactitud de respuestas dentro del tiempo permitido, diciendo la última sílaba en el preciso momento en que suena el timbre de finalizado el tiempo. Todo iba bien hasta que mencionó algo así como "pagarle a la mamá para que deje al niño en el colegio". Ese tipo de cosas son las que el venezoVAGO, aprovecha para hacer negocios, fraudes, y seguir en la misma asquerosa situación de mediocridad. Otra vaina que me disgustó, posterior al debate fue la publicidad de este señor, que más bien hace sentir que pronto se estrenará esa película. #gastastelosrealesahíLeo.
  • Para ver a una María Corina Machado haciendo relucir su comprensión de estadísticas, basando todas sus respuestas en ellas, tipo "hoy murieron 10, es decir que mañana serán 20, es decir que en una semana mueren 70... la solución es..." *PIIIIIIIIIIIIIII* TIEEMPO. O hubo muchos nervios o no era el mejor entrenador en comunicación oral que pudo conseguir. Nada concreto, respuestas tipo Miss Venezuela, que no llevaron a nada.
  • Y para ver a Pablo Pérez con un coloquialismo poco convincente, respondiendo todo con "se acabó la guachafa" y haciéndose valer de un "gobierno de calidad" como el de Zulia, sin tener mucho poder de convencimiento.
En lo personal no hubo ningún candidato que me hiciera decir "POR ÉL VOY A VOTAR", y por supuesto que es preocupante, porque dejar el voto en blanco en las primarias es dejar que los peores puedan llegar a ganar y no tener ninguna oportunidad con el mandamás de ahorita que en verdad es mandamenos.

El segundo punto a tratar, en esta, la más larga de mis entradas, es el teatro en términos generales en Venezuela, en especial en la capital. Aquí tenemos 2 problemas de gran envergadura: el primero el costo de las entradas que por supuesto limita el público presente en las obras. El segundo, muy relacionado con el primero, es la calidad de las obras, que dependiendo del precio, casi siempre van acompañadas del gentío de Venevisión que en algunos casos, (pocos pero los hay), pareciese más matando tigre que en una real compenetración con el arte de las tablas. 

El primer problema que acabo de mencionar es que si regalamos las entradas a 5 Bolívares, o tenemos entradas gratis, no podemos pagarle a buenos actores, ni hacer buenos teatros, y lo que hacemos es llenar los que tenemos de gente ignorante, que lo que hace es estar pendiente del teléfono, hace ruidos molestos en momentos inadecuados y no dejan disfrutar bien de la obra, si es que es buena la obra y no tiene ningún aroma político que lo que hace es ensuciar más la mentalidad del venezolano promedio, que se deja influenciar hasta de la publicidad del Palacio del Blúmer. Y en contraposición tenemos el teatro de la Alta sociedad, que primero, es "lejos, retiradito, apartao'", y segundo con los precios por las nubes, incluso algunas llegando a costar más que un buen concierto o toque de una banda nacional, haciendo imposible que el venezolano promedio, mencionado anteriormente, acceda a obras de teatro de calidad, sin tener que sacarse un ojo de la cara. ¿La solución? Hombre, no hay que ser un genio en economía para saber cuál es.

El segundo problema, como dije, tiene mucho que ver con el primero, afortunadamente son pocas las obras que siendo de bajo presupuesto son malas (por lo menos he corrido con la suerte de ver varias que no son para nada malas a pesar de ser gratis, o de bajo costo) (claro que la gente que va a estas están mencionadas en el primer aparte del tema del teatro) pero sé de gente que se ha quejado de que entraron a una obra porque era baratísima, o por leer que era gratis, y la broma no llega ni al nivel de mediocridad mínimo.

Señores, el teatro, así como el cine, y demás, es para todos, y no es para ninguno. Todos tenemos el derecho (y para mí también el deber) de ver y disfrutar de arte de calidad, sin tener que vender un riñón para ello.

Digan todos conmigo AMÉN.

unpandaquehabla.blogspot.com es un blog con opinión totalmente apolítica, y sin ningún tipo de crítica no constructiva. Que no se entiendan mis quejas como estupideces sin sentido, y ojalá en algún momento sean tomadas en cuenta.


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