domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Qué talla es tu Perfección?

Todos los días nos levantamos por cumplir metas que planteamos realizar a diario, sea por ladilla, sea por obligación, o sea porque simplemente nos dio la gana de cumplir con hacer algo.

Pero, ¿Quién te dice cómo hacer las cosas? ¿Qué tanto empeño debes ponerle a las obligaciones del día a día? ¿De verdad te hace falta o necesitas las gratitudes, los resultados, o como dicen por allí, cosechar lo que sembraste?

La verdad es que todo depende del punto de vista que desees verlo. No siempre hacemos las cosas bien porque nos nace hacerlas, no siempre estamos preparados para afrontar que el traje de la perfección no nos sirve, ya sea porque sentimos que nos queda gigante, o porque simplemente no vemos que lo que hicimos es lo justo y seguimos fajándonos y sobreexcediendo nuestros límites.

Todo es cuestión de motivación. Lo sabes, lo sé. Si no tienes inspiración para hacer algo simplemente no lo vas a hacer ni porque te paguen por ello. Las cosas que realmente te nacen del corazón te salen perfectas, como querer salir con ella, y darle amor, sin embargo, en el momento en que se pierda la llama de esa inspiración, en que ya no tengas musa alguna para hacer las cosas, todo saldrá mal.

¿Cuál  es la talla de tu perfección? ¿Qué estás dispuesto a hacer para que te vuelva a servir ese traje?

A veces, la falta de todo te hace engordar, y engordar, y otra vez, llegando al punto en que ni fajado te salen las cosas bien. El que escribe acaba de pasar por eso. Y ahora está en el momento donde necesita que lo ayuden a cumplir una dieta para lograr perfeccionar el amor por mi carrera. ¿Cuál es el problema que afrontamos entonces? Que la gente cuando te ve caer no se da cuenta que también te dolió el coñazo. Que también te decepciona a ti el haber caído, que lo que menos necesitas es que te expliquen o te saquen en cara el porqué caíste.

Sé que esto no lo leerá la persona que deseo que lo lea, o tal vez sí, quién sabe. Pero sé que necesitaba exteriorizar este sentimiento tan feo, esa espalda que estoy viendo de algunos frente a mi situación. Solo espero que puedan entenderlo, si no, simplemente me queda mi voluntad de seguir adelante, sea sólo, o sea con vosotros.

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