miércoles, 12 de octubre de 2011

Huellas del tiempo

Es totalmente mágico cuando entablas una conversación con una persona de avanzada edad, mientras que te cuenta mil y una historias de miles de días vividos por su persona, puedes detallar la sencillez y el esmero con la que te echa ese cuento. Las huellas del camino que llamamos Vida reflejadas en cada arruga que recorre su rostro; sus manos, llenas de esas pecas que sólo tienen los abuelos, los que tienen algo qué contar.

Claro, no con esto se puede decir que todo anciano es lo más maravilloso que pueda cruzarse por tu camino, hay algunos que se aprovechan de sus canas para sacarte las primeras de tu vida; otros, viven su vida en un total amargue, reprochando el tiempo perdido por esta juventud de hoy, pero, vamos, hasta tú que tienes a duras penas una o dos décadas de experiencia, lo llegas a decir de vez en cuando.

Se vive en una época donde la tecnología, las redes sociales, el BB, y otras estupideces hacen aún más grande la brecha entre esa generación y la actual; donde tu abuela no es cool por saber qué brebaje darte cuando te duele la parte trasera de tu oreja, sino por la cantidad de cadenas que te manda de José Gregorio Hernández, de "Amar es" y otras estupideces que sólo mandan las personas con avanzada edad que tratan de ser contemporáneos.

Todo tiene su momento, todos tienen algo qué contar.

Dales una oportunidad y verás lo maravilloso que fueron sus años de juventud,  donde, como tú, en ningún momento se sentó a pensar que hoy estaría relatándole toda su vida a una nueva generación. La generación de relevo.

El futuro.

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