Hoy un ave me cantó a las 5 de la mañana, de la manera más alegre posible, con gritos de gloria, como si hubiese venido de una jungla y sobrevivido a mil gatos salvajes que querían devorarlo.
Hoy un ave me cantó que la vida no es siempre alegría en el PutoBar, sino que luego de una buena botella de felicidad añejada, siempre hay un trago amargo que te hará apartarla de ti.
Hoy un ave me cantó que siempre que todo te esté saliendo bien en tu caminata, habrá algún maldito enfermo que se fijará en que tienes la trenza del zapato desamarrada.
Hoy un ave me cantó diciendo que siempre hay gente a la que le importas más que a otras, que no todo el que se hace llamar amigo lo es y que no todo desconocido cae mal.
Esa ave estuvo en mi ventana por 30 segundos y me hizo entender que lo estoy haciendo bien.
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