sábado, 13 de agosto de 2011

en tus primeros pasos

Es totalmente cierto que cuando eres pequeño, el mundo es muy distinto al que caminas en la actualidad.
Siempre me he sorprendido de lo fácil que es para un niño, acercarse a otro y sacarle conversación al siguiente, sin siquiera preguntarle nombre, dónde vive, o qué está haciendo allí.

El mundo gira alrededor de un aprendizaje total de palabras, señales. gestos, y demás cuestiones que nos van forjando, tal espadas que en algún momento terminarán de afilarrse.

Pero, mientras tanto, todo es de fresa, nada es lo suficientemente peligroso mientras no nos haya hecho daño, nadie tiene pinta de querer robarte, ni piensas en la malicia o las ganas que tiene ese ñiño de jugar con tu carrito.

Podemos aprender tanto al fijarnos de la inocencia de la mirada de un infante; de su forma de ver e interpretar el mundo tan pero tan distinta a la nuestra. ¡qué felicidad tan plena no tener idea de qué es qué!, o de entender las cosas de un modo tan fácil.

Nostro planeta sería mucho mejor, si todos fuesemos niños y nunca pensaramos más allá de lo necesario para solo disfrutar.

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